lunes, 15 de julio de 2013

Para conocer a Dios, ¿es suficiente la inteligencia?



(Dios dice:) Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:9


La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17

La fe no es ni credulidad ni superstición. Muchos científicos, hoy como ayer, fueron creyentes sinceros. La fe es un encuentro con alguien más grande que nosotros y que nos ama. Es un encuentro, una relación de confianza con Dios, quien se revela.
Sin la fe, la reflexión sobre Dios a veces puede satisfacer la inteligencia, pero no nos permite conocer a Dios. Sólo permite tener una idea intelectual de él. Incluso entre los hombres es así: nadie puede conocer realmente a un amigo sólo a través de la razón; es necesaria la inteligencia del corazón. ¡Cuánto más con respecto a Dios! ¡Él es grande y sobrepasa infinitamente todas nuestras reflexiones! Pero esto no es un obstáculo si depositamos nuestra confianza en Aquel que reveló a Dios, Aquel que es Dios y hombre, el Señor Jesús.
Para que haya una relación profunda entre dos personas, es necesaria la confianza. Si desconfío del otro, no puedo comprenderlo, e incluso corro el riesgo de acusarlo injustamente. Del mismo modo, mientras desconfíe de Dios, no podré entender y recibir lo que me dice.
Pero, ¿por qué desconfío de Dios? ¡Quizá precisamente porque es y habla la verdad! Y eso me molesta. Digámosle simplemente: «Señor, tú ves que me cuesta creer, muéstrame lo que forma esa barrera en mí, y revélate a mí». Entonces, al leer la Biblia, podremos escuchar lo que Dios nos dice, lo que Jesús dice.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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