En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Todas las cosas por él
fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Juan 1:1, 3
La gloria de Cristo es el conjunto de todas sus perfecciones,
entre las cuales hay, por ejemplo, su poder, su santidad, su justicia y su
amor.
El poder de Cristo puede manifestarse de muchas maneras. Es tan grande que una palabra bastó para crear el mundo de la nada (Génesis 1). “Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió” (Salmo 33:9). Quizás olvidamos que, si todo fue hecho por Cristo, el Verbo (Juan 1:3), hoy él también “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3). “Todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:17). Sin el poder de Dios en actividad permanente, el Universo no podría subsistir.
Además, llegará un día en el que Cristo, mediante su palabra, juzgará a los que no creen en Él y destruirá esta primera creación para reemplazarla por nuevos cielos y nueva tierra. “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Apocalipsis 21:1). El Universo que existe actualmente desaparecerá: “Los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10).
Pero antes de que llegue ese día, Cristo vendrá a buscar a aquellos que hayan creído en su nombre para ser salvos. Los llamará a todos con autoridad, estén muertos o vivos. Les dará un cuerpo glorificado parecido al suyo y los introducirá en el cielo, en la casa del Padre, donde estarán para siempre con él.
El poder de Cristo puede manifestarse de muchas maneras. Es tan grande que una palabra bastó para crear el mundo de la nada (Génesis 1). “Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió” (Salmo 33:9). Quizás olvidamos que, si todo fue hecho por Cristo, el Verbo (Juan 1:3), hoy él también “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3). “Todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:17). Sin el poder de Dios en actividad permanente, el Universo no podría subsistir.
Además, llegará un día en el que Cristo, mediante su palabra, juzgará a los que no creen en Él y destruirá esta primera creación para reemplazarla por nuevos cielos y nueva tierra. “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Apocalipsis 21:1). El Universo que existe actualmente desaparecerá: “Los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10).
Pero antes de que llegue ese día, Cristo vendrá a buscar a aquellos que hayan creído en su nombre para ser salvos. Los llamará a todos con autoridad, estén muertos o vivos. Les dará un cuerpo glorificado parecido al suyo y los introducirá en el cielo, en la casa del Padre, donde estarán para siempre con él.
© Editorial La Buena Semilla, 1166
PERROY (Suiza)
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