sábado, 20 de mayo de 2017

EL PÁJARO CAMPANA

 
(Jesús dijo:) Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Juan 10:27-28
 
 
Un hombre perdido en la selva en América del Sur buscaba su camino. Sus fuerzas estaban disminuyendo cuando creyó oír a lo lejos el repique de una campana. Se animó pensando que estaba cerca de un pueblo, pero cuanto más avanzaba, más se alejaba el sonido. Al final cayó extenuado y no pudo levantarse más. Los que finalmente lo rescataron, le hicieron saber que había sido víctima del pájaro campana, cuyo canto resuena como repique de campana. Es muy poco sociable y huye apenas los seres humanos se acercan.
El canto de este pájaro era inocente, pero nos recuerda la manera como el diablo actúa para descarriar a los hombres, para conducirlos al mal. Su táctica se resume en impedir que escuchemos la voz de Dios y la de nuestra conciencia. Hace que oigamos todo tipo de ruidos engañosos. Se adapta a las debilidades de cada individuo para proponerle nuevas ocupaciones o diversos placeres. Su objetivo, en definitiva, es privarnos de toda relación con Dios y de su amor, para llevarnos a la muerte, a los tormentos eternos (2 Tesalonicenses 1:9). Los meses y los años van pasando sin que nos tomemos el tiempo para reflexionar sobre el sentido de la vida y el objetivo que perseguimos.
¡Cuidado! ¡No todos los caminos conducen al cielo! Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
Cristianos que conocemos la voz de nuestro Salvador, ¡que la Palabra de Dios siempre sea nuestra referencia! Si hay algo que no esté de acuerdo con lo que ella nos enseña, desconfiemos, incluso si parece que suena bien.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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